martes, 5 de junio de 2012

Cuando menos lo esperas

Llevaba varios días preguntándose qué era aquel parásito que recorría su cabeza, varios días sopesando la posibilidad de que no fuera un parásito sino algo bueno, varios días imaginando que, tal vez y sólo tal vez, aquella sensación podría llegar a ser amor.

Sin embargo, borraba esas ideas con pensamientos como: "Imposible", "Yo ya aprendí la lección", "El amor no existe".

Le miraba con ojos sospechosos mientras en su cabeza repetía "A mi no me la cuelas", "Estoy curada de espanto". Mas nunca hay que olvidar que no se debe decir "De este agua no beberé", pues basta hacerlo para que ocurra y un día te levantes, te mires al espejo y con cara de "Te lo dije" te reprendas a ti misma: "Volviste a caer".

Ahora bien, ella que se creía mujer fuerte debido a las malas experiencias, ella que se pensaba superior a cualquier entrometido que intentase dañarle el corazón, ¿era ella la que ahora soñaba con esa carita de ángel encendida por una mirada desafiante y llena de ilusión? ¿era ella la que nadaba en aquellos lagos azules? Fue ella la que calló en el beso, víctima de un engaño sin mala intención.

El amor llega cuando menos lo esperas, tropiezas en él sin querer, o simplemente se despierta tras años de amistad. En cualquier caso, es un sentimiento duro que no todos saben soportar.

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