jueves, 23 de diciembre de 2010

Sin causa

Cuando colgó el teléfono empezó a llorar, ¿por qué?, no lo sabía. Todo había ido bien aquella tarde incluso en la conversación telefónica, o quizá no...
Posiblemente el problema no sea él, sino ella, porque está triste, reprimida, deprimida...
Ambos han cambiado: él se ha vuelto cariñoso, amable, caballeroso, se ha volcado más en ella; ella se ha escondido dentro de sí misma y no quiere salir, tiene miedo de hacer y encontrarse con nada, quiere volver a sentir y reír, quiere volver a ser ella. Quiere agradecerle su esfuerzo, pero no sabe como o no tiene valor.

Sólo es una niña desconsolada que pide calor y comprensión.